Unen esfuerzos para fomentar la educación sobre los recursos de Arrecifes La Cordillera
El mar es uno de nuestros recursos más valiosos. En la región noreste de Puerto Rico contamos con recursos costeros de inigualable belleza como El Balneario La Monserrate, el Corredor Ecológico del Noreste, Las Cabezas de San Juan y Arrecifes La Cordillera; por solo mencionar algunos. Sin duda, la actividad turística de la región depende del buen estado de estos recursos. Los ecosistemas marinos de la región permiten el disfrute de las playas, actividades de buceo, la pesca, la navegación y otras actividades recreativas.
Irónicamente, algunos de nuestros ecosistemas marinos como los arrecifes de coral se encuentran en peligro. Las causas de su deterioro son complejas. Algunas de las más comunes tienen que ver con la contaminación acuática producida por fuentes de contaminación de origen terrestre, el deterioro mecánico a los corales debido a prácticas inadecuadas de anclaje, buceo o snorkeling, la adopción de técnicas no sustentables de pesca y la erosión y sedimentación de los cuerpos de agua.
La sobrevivencia y conservación de los corales depende de un esfuerzo conjunto entre la ciudadanía, las agencias a cargo del manejo de los recursos y el sector privado. Se logra promoviendo una cultura sustentable en torno a los recursos marinos.
Respondiendo a este reto, Mundo-Litoral se ha dado a la tarea de unir esfuerzos con distintas agencias, organizaciones e instituciones para promover la educación sobre los recursos marinos en las escuelas de la región noreste. Además de la NOAA y el DRNA, este esfuerzo es posible gracias al apoyo del Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico, la Universidad Interamericana, Recinto de Fajardo y diversas escuelas en la región.
El concepto de los talleres es sencillo. Queremos que los estudiantes tengan una experiencia positiva con el medioambiente que les rodea. Que se interesen por conocer y proteger su entorno marino. Y sabemos que esto no se aprende únicamente en el salón de clase. Se necesita cultivar una relación afectiva con el mar. Tener una experiencia de vida con los corales.
Para esto, hemos diseñado un taller de medio día en conjunto con las educadoras Samerith Hernández y Rosaly Ramos, ambas del DRNA. Durante el taller, conocemos la diferencia entre yerbas marinas y algas, realizamos una actividad de snorkeling para distinguir entre distintos tipos de coral y evidenciar la importancia de estos ecosistemas para el desarrollo de distintos organismos marinos. Además, conocemos más sobre la formación de las playas y de lo que podemos hacer para contribuir a la conservación del ambiente marino.
Una de las cosas que llama la atención de esta experiencia es que, aunque vivimos en una isla, algunos estudiantes que participan del taller nunca han tenido la oportunidad de hacer snorkeling. Y creo que el impacto de esta experiencia va más allá de la fascinación. El encuentro con un nuevo mundo bajo las olas es, al mismo tiempo, la afirmación de una relación responsable con el entorno, un sueño de heredar un ambiente marino más saludable.