Disminuye la actividad pesquera en la Isla
Puerto Rico atraviesa en los últimos años una disminución en su actividad pesquera, y a eso se le añade el que pocas personas quieran trabajar en la pesca para el sustento.
Daniel Matos, coordinador del Programa de Pesca Comercial del Departamento de Recursos Naturales (DRNA), indicó que los números de pescadores comerciales en la Isla no atraviesan un aumento significativo. Lo atribuye a una “situación social”, de que las personas jóvenes y los hijos de los marinos dirigen sus intereses ocupacionales hacia otros oficios.
Aunque los pescadores obtienen buenas capturas y los desembarcos se mantienen estables, el oficio de la pesca cuenta con pocos recursos humanos.
Son varios los pescados que proliferan -se dan bien- en aguas de Puerto Rico. “La langosta espinosa y el carrucho son dos mariscos número uno de nuestras costas”, afirmó Matos.
“Los pargos de agua profunda, el chillo amarillo, el cartucho pargo y los pargos de color rojo también proliferan en la Isla”, agregó.
En Puerto Rico, uno de los pescados que más se consume, además de los anteriormente mencionados, es el dorado, el cual también se pesca de forma regular. Los pargos de agua llana y la colirubia también suelen darse con frecuencia, al igual que los meros, el cabrilla y otros tipos de pargo.
El mero cabrilla, en particular, es uno de los pescados al que se le estableció vedas o restricciones en su pesca. Lo mismo sucedió con el chillo amarillo.
“Al principio de su aplicación (de las vedas), en el 2010, resultaron antipáticas para los pescadores, pero han permitido que las especies se puedan reproducir, ya que la veda o prohibición es establecida durante la etapa reproductiva. Como resultado, han mejorado las poblaciones. Lo mismo ha sucedido con el carrucho y el caracol, cuya veda ha asegurado una buena reproducción y preservación de las especies”, manifestó.
En la actualidad, los pescadores comerciales apoyan las vedas.
Los pecadores en Puerto Rico proveen abastecimiento para satisfacer de un 15 a un 20 por ciento del consumo, pero “hace falta más alimento, y por esta razón, también se recurre al importado. Como Isla, tenemos que hacer más esfuerzo para proveer el alimento que necesitamos y la pesca no es una excepción”.
La pesca se vende rápido, sobre todo en época de Cuaresma. Los restaurantes compiten para obtener el producto más fresco.
“No da abasto en Cuaresma ante la gran demanda”, aseguró Matos. “Y se vende rápido. Entre las especies más vendidas figuran el pargo de agua profunda, el carrucho y la langosta. Algunas pescas pueden ser más lentas, como es el caso de la sierra”, pero el producto local “no se pierde” porque la demanda es mucha.
En la actualidad, se estiman de 1,000 a 1,200 pescadores activos, y la venta al detal de pescado se calcula en $18 millones.
Fuente: http://www.miprv.com/disminuye-actividad-pesquera-en-la-isla/