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Una organización trabaja en la conservación de los arrecifes de coral en Puerto Rico

Debajo del agua también hay selvas. Así se los conoce popularmente a los arrecifes de coral: selvas tropicales de los mares.

Según se estima, una cuarta parte de todas las especies marinas del planeta viven en arrecifes de coral, convirtiéndolos en un enorme ecosistema que contiene una abundante y rica biodiversidad. El problema es que, también se estima, a este ritmo podría perderse el 90% de todos ellos para 2050.


La complejidad de la situación no solo se remite a las amenazas de la vida marina. También significa un golpe directo a las 850 millones de personas que viven a menos de 100 km. de un arrecife de coral y obtienen algún beneficio económico a partir de él, o se favorecen de la protección que les brinda ante fenómenos climáticos como las inundaciones.


¿Qué son los arrecifes de coral?


Además de representar un deleite para la vista humana por sus colores, formas y vida circulando alrededor de ellos, los arrecifes de coral, según explica la Alianza de Arrecifes Corales, son estructuras submarinas formadas por pequeños animales llamados pólipos de coral, que viven en grandes grupos y se adhieren a una superficie dura. Esa unión crea un ecosistema que proporciona alimento y refugio a muchos otros animales marinos.



Granjas de coral, el proyecto que busca salvar los arrecifes de coral


Se calcula que hay más de 1000 organizaciones trabajando en la protección de estos ecosistemas. Una de ellas es SAM (Sociedad Ambiente Marino), una organización en Puerto Rico que hace más de 20 años trabaja en la conservación de los arrecifes de coral en la isla centroamericana.


Allí llevan adelante proyectos de restauración que denominan “granjas de coral”. En esencia, lo que hacen es tomar pedazos o injertos de coral (como se puede tomar de una planta, por ejemplo), y se colocan en una estructura que hay preparada debajo del agua para que puedan crecer en óptimas condiciones. Una vez desarrollados, se vuelven a trasladar al arrecife natural.

Frances Candelas, miembro fundador de la SAM; Samuel Suleiman, fundador y director ejecutivo de la SAM y Fabiola Rivera, bióloga marina y vocal en la Junta Directiva de la SAM, responden en conjunto sobre cómo funciono el método de restauración de los arrecifes de coral y cuál es la situación actual de estos ecosistemas.


¿Cómo está hecha la granja de coral específicamente?


-Son estructuras flotantes hechas de tubos PVC que las fijamos al suelo y les ponemos una boya en la parte de arriba para que floten. Utilizamos hilos de pescar u otro tipo de hilos resistentes al oleaje, y de allí colgamos los fragmentos de coral para que sigan creciendo.


¿Cómo es el proceso de restauración?


-Tomamos corales ya existentes y los fragmentamos. Estos organismos tienen la capacidad de reproducirse de forma asexual, así que, si un coral se divide, esos fragmentos tienen la capacidad de sobrevivir en condiciones viables. Los colocamos en las estructuras flotantes y los dejamos crecer durante varios meses. Una vez que crecen, podemos sembrarlos en el arrecife nuevamente o bien volver a fragmentarlos para seguir propagando la especie.


Sembrar le devuelve rugosidad al área restaurada, lo que atrae a otros organismos como peces, erizos, estrellas de mar, langostas, cangrejos, entre otros, que permiten que el arrecife funcione mejor. Una vez restauramos una región, monitoreamos todas las colonias que sembramos por uno o dos años.


¿Cuáles son las causas de la pérdida de arrecifes de coral?


-Los arrecifes enfrentan amenazas físicas, biológicas y antropogénicas. En el primer grupo están los huracanes, lluvias extremas, fenómenos atmosféricos, que pueden hacer que se rompan los corales. También el aumento de la temperatura, que cuando es muy alta los corales no la soportan, se estresan y se blanquean. Cuando se blanquean están perdiendo una relación simbiótica de sus microalgas, lo que puede llevarlos eventualmente hasta morir. Entre las causas biológicas están las enfermedades; a medida que el cambio climático siga aumentando, aparecen nuevas enfermedades, proliferan otras y las ya existentes se vuelven más virulentas.


Y entre los factores antropogénicos, ahí los causantes somos los humanos; las personas haciendo snorkell que tocan los corales los pueden romper o hacer daño, así como también el desarrollo costero no muy bien planificado, en donde la sedimentación de las construcciones puede bajar al agua.


¿Y las consecuencias?


-Además de su importancia ecológica, que le brinda hogar a muchas especies, los arrecifes también son nuestras primeras barreras de defensa contra los fenómenos atmosféricos mencionados anteriormente. Cuando el oleaje aumenta y viene fuerte hasta la costa, el arrecife lo amortigua.


También son una fuente de alimento bien importante para el país, porque aquí se consumen muchos mariscos, pescado o pulpo. Y esa fuente de alimento brinda un ingreso a los pescadores que se dedican a recolectar todos esos organismos para que lleguen a nuestro plato, así como también a la industria de los restaurantes. Así que los arrecifes también cumplen un rol muy importante en la economía de Puerto Rico.


¿Cuál es el panorama de los arrecifes de coral en Puerto Rico y a nivel mundial?


Bastante deplorable. Necesitamos tomar acción, y si no se toma acción, va a ir peor. El calentamiento global, el cambio climático, el calentamiento de las aguas, está siendo una amenaza real para los corales, por lo que tenemos que aumentar la masa crítica y el volumen de restauración para que los que no sobreviven ante semejante impacto puedan hacerlo. Esto es un trabajo que no solo se está haciendo en Puerto Rico sino en todo el mundo, con diferentes grupos y organizaciones. Sobre eso estaremos discutiendo en el Reef Futures (simposio mundial centrado exclusivamente en las intervenciones y acciones necesarias para permitir que los arrecifes de coral prosperen) de diciembre 2024.


¿Qué posición toman los gobiernos locales frente a esta problemática?


-Lamentablemente los gobiernos locales tienen manos atadas. Porque la respuesta a los sucesos que están viviendo nuestros arrecifes de coral está basada en políticas, en reglamentaciones y regulaciones de una agencia sin presupuesto suficiente para trabajar. Vamos un panorama un poco más favorable y positivo si se incluye el movimiento comunitario y participativo. Lo que llamamos ciencia ciudadana o ciencia participativa es una alternativa mucho más real que esperar por los gobiernos. La restauración y conservación de los arrecifes no ha sido una prioridad. 


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